Como miembros de diversas iglesias y comunidades de fe, coma líderes y lideresas, compartimos un profundo respeto a la vida. Reconocemos la dignidad del ser humano como otorgada por Dios y por tanto inviolable. Afirmamos la compatibilidad entre la religión y los derechos humanos.
Nuestro compromiso de fe nos lleva a promover la plenitud del ser humano, transformar la violencia en ética del cuidado mutuo y portar un mensaje de paz para todos y todas.
Celebramos la aprobación por la Asamblea Nacional del Código Orgánico de la Salud que garantiza derechos fundamentales para la salud, vida y dignidad, Se solicita al Señor Presidente que no vete el Código y de paso a su registro oficial.
Declaramos lo siguiente:
Afirmamos la dignidad humana de las mujeres y su derecho a la vida y a la salud. Nuestra fe nos exige actuar con empatía hacia todas las personas, más aún hacia quienes están sufriendo por razones de condición social, emocional y salud, por lo que el tratamiento profesional y confidencial es la respuesta indicada para atender a mujeres en emergencia obstétrica.
Rechazamos el uso de la religión para negar la atención médica a mujeres.
Rechazamos el uso de la religión para negar una vida en plinutud a una persona por su orientación sexual o indentidad de género.
Afirmamos la diversidad natural del sexo biológico y la dignidad de las personas nacidas con anomalías de indeterminación sexual. Celebramos a las personas intersexuales como personas íntegras, como coma creadas en imagen y semejanza de Dios. Apoyamos su libertad de conciencia en elegir procedimientos de asignación de sexo cuando alcancen la fase de la pubertad.
Rechazamos el uso de la religión para negar los derechos de las personas intersexuales.
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