Texto bíblico: Marcos 1: 1-4a
Ésta es la historia de cómo empezaron a anunciarse las buenas noticias acerca de Jesús, que es el Hijo de Dios y el Mesías. Todo comenzó como Dios lo había anunciado por medio del profeta Isaías:
«Yo envío a mi mensajero
delante de ti,
y él va a preparar todo
para tu llegada.
»Alguien grita en el desierto:
“¡Prepárenle el camino a nuestro Dios!
¡Ábranle paso!
¡Que no encuentre estorbos!”»
Por esos días, Juan el Bautista apareció en el desierto. Se vestía con ropa hecha de pelo de camello y usaba un taparrabos de cuero. Comía saltamontes y miel silvestre.
Por estos días, los desiertos se habitan y nos habitan. Los desiertos, decía mi abuela Carmen, son muy importantes porque ellos nos muestran su sagrada riqueza en medio de la inclemencia y de lo inhóspito.
¡No es fácil vivir el desierto! Quema de día y hiela de noche. Te pide todo y él, te ofrece su desierto y su impertinencia para la vida buena, el buen vivir, el lekil kuxlejal, la shalom.
En el desierto, se escuchan ecos de antaño. Abuelos y abuelas de un pasado de luchas muy otras y muy diversas. De luchas, de clamores, de voces que claman en el desierto las verdades y las heridas de sus pueblos. De pueblos que sueñan, y anhelan su paz. Su anhelada paz en sus territorios, en sus cuerpos, en sus heridas abiertas, en sus ciudades destrozadas, bombardeadas, invadidas.
También en el medio del desierto que a menudo es casa y refugio, el corazón humano y su ternura divinas nacen y crecen como evangelios vivos que aman sin juicio y sin prejuicios y que ofrendan paz. Que propician espacios y tiempos de paz imperfecta pero sentida, espacios y tiempos de paz donde mi historia y la tuya se cuentan a corazón abierto, a voluntades que escuhan atent@s y respetuos@s nuestros dolores humano@s.
¡Cuán importantes son las voces y las voluntades que claman en los desiertos espacios y tiempos de paz. ¡Cuán necesarias, cuán sentidas, cuán importantes!. Que una voz clame siempre en el desierto, que prepare el camino y anuncie: “Que nadie suelte la mano de nadie”.
“Dios con nosotras y nosotros” adviene pronto, que espacios/pesebre le ofrenden su abrigo, le arrebocen, le acunen y le enseñen paz, AMÉN.
¿Qué espacios y tiempos de paz necesitas?
¿Qué historias, qué dolores necesitamos contar y nombrar?
¿Qué espacios y tiempos de paz podemos ofrendar?
NINGUÉM SOLTA A MÃO DE NINGUÉM
Ninguém solta a mão de ninguém
Ninguém solta a mão de ninguém
Estamos na beira do mundo
Na beira de nós
Aqui no fundo o grito é rouco
Mas ainda é voz.
Dora de Assis
AUTORA:
Rev. Karina García Carmona
Maestranda en ciencias bíblicas por la Comunidad Teológica de México. Secretaria ejecutiva de la Asociación Latinoamericana de Instituciones de Educación Teológica, ALIET.ARev.
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